Hablar por hablar, sin decir nada. Recurrir al discurso fácil y aparentemente comprometido, pero que en el fondo no encierre nada de verdad o sustancia, es lo que hacen aquellos a los que llamamos demagogos. Por favor, vosotros no lo seáis nunca.
Si echáis un vistazo a la imagen que os adjunto podréis ver que hay cuatro columnas, se trata de ir uniendo las distintas líneas de cada columna de modo aleatorio, podréis ver que de este modo se puede articular un discurso durante horas (según el nivel de combinaciones posibles).